martes, 8 de abril de 2008

Iglesias del Monte de los Olivos

ASCENSION

“Los llevó hasta cerca de Betania, y levantando sus manos, les bendijo, y mientras les bendecía se alejaba de ellos y era llevado al cielo. Ellos se postraron ante Él y se volvieron a Jerusalén con grande gozo. Y estaban de continuo en el templo bendiciendo a Dios”. ( San Lucas 24, 50-53).

Y comiendo con ellos, les mandó no apartarse de Jerusalén, sino esperar la promesa del Padre, que de mí habéis escuchado; porque Juan bautizó en agua, pero vosotros, pasados no muchos días, seréis bautizados en Espíritu Santo. Los reunidos le preguntaban: Señor, ¿ es ahora cuando vas a establecer el reino de Israel? Él les dijo: No os toca a vosotros conocer los tiempos ni los momentos que el Padre ha fijado en virtud de su poder soberano; pero recibiréis la virtud del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda la Judea, en Samaria y hasta los extremos de la tierra. Diciendo esto y viéndole ellos, se elevó, y una nube le ocultó a sus ojos. Mientras estaban mirando al cielo, fija la vista en Él, que se iba, dos varones con hábitos blancos se les pusieron delante y les dijeron: Varones galileos, ¿ qué estáis mirando al cielo? Ese Jesús que ha sido llevado de entre vosotros al cielo, vendrá así como le habéis visto ir al cielo. Entonces se volvieron del monte llamado Olivete a Jerusalén, que dista de allí el camino de un sábado.( Hechos 1, 4-12).

LUGAR DE LA ASCENSIÓN

Iniciamos la visita al lugar de la Ascensión, en el monte de los Olivos. Entramos en el recinto amurallado, previo pago a los musulmanes que tienen ese derecho desde los tiempos de Saladino -1187- En el centro, se levanta un humilde templete octogonal, con arcos apuntados y tapiados, cubierto por una cúpula sobre un tambor. En el suelo está la roca desde la que Jesús, según la tradición, ascendió a los cielos. Una señal en la roca puede ser la huella que dejó el pie de Jesús cuando ascendió a los cielos.

En el año 376 d. J.C. se construyó una magnífica basílica llamada Imbomón “sobre la cumbre”. Los persas la destruyeron en el 614. Los cruzados la reconstruyeron en forma octogonal. Respetaron la parte central que contenía la roca con la huella, dejándola abierta al cielo para que los fieles en sus plegarias pudieran contemplarlo en recuerdo de la ascensión del Señor. En 1187, cuando pasó a manos de los musulmanes, cubrieron la capilla del centro con una cúpula y tapiaron los arcos. Con el paso del tiempo, todo se fue deteriorando. Hoy sólo permanece el templete del centro. El estado general esta bastante descuidado. El estilo de esta basílica sirvió de modelo a los musulmanes para construir la mezquita de Omar.

Todos los años, en la víspera de la ascensión, muchos cristianos suben a este lugar. Montan tiendas de campaña, hacen hogueras, cantan, rezan… para festejar el triunfo definitivo de Cristo y su ascensión a los cielos.

Lo importante es que aquí, a 800 metros de Jerusalén, después de despedirse de los apóstoles, Jesús ascendió a los cielos. La resurrección y ascensión de Jesús a los cielos da sentido a nuestra vida. Tenemos la esperanza de estar con Él en el reino glorioso del Padre. Nuestra vida no va a terminar en la nada, no va carecer de sentido, no va a ser un absurdo. Si Jesús subió a los cielos, nosotros, por sus méritos, también subiremos. La obscura tumba no ganará la guerra.

El mensaje que Jesús nos dejó es que, en cualquier sitio que nos encontremos, debemos ser testigos y dar testimonio de Él.


IGLESIA DEL PATER NOSTER

IGLESIA DEL PATER NOSTER

“Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en pie en la sinagogas y en los cantones de las plazas, para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, cuando ores, entra en tu cámara y, cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto. Y tu padre, que ve en lo escondido, te recompensará. Y orando, no seáis habladores, como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho hablar. No os asemejéis, pues, a ellos, porque vuestro Padre conoce las cosas de que tenéis necesidad antes que se las pidáis. Así, pues, habéis de orar vosotros:
ANTONIO EN LA IGLESIA DEL PATER NOSTER

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; ven a nos el tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así en la tierra. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos pongas en tentación, más líbranos del mal” ( San Mateo 6, 5-13).

“Acaeció que, hallándose Él orando en cierto lugar, así que acabó, le dijo uno de los discípulos: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñaba a sus discípulos. El les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre; venga a nos tu reino; danos cada día el pan cotidiano; perdónanos nuestras deudas, porque también nosotros perdonamos a todos nuestros deudores, y no nos pongas en tentación”. (San Lucas,11,1-4).

Cerca de la Ascensión está la iglesia del Pater Noster, atendida por la comunidad de carmelitas descalzas francesas. Entre 326 y 333 Santa Elena construyó aquí una basílica llamada Eleona , “ el bosque de olivos”, sobre la gruta en que Jesús enseñó la oración del Padrenuestro. Los persas la destruyeron en el 614. Los cruzados la reconstruyeron, pero también esta desapareció. En 1875, la princesa francesa Aurelia de Bosi, levantó el actual convento carmelitano. Aquí , por esto, descansan sus restos. No hace mucho tiempo, se inició la construcción de una basílica consagrada al Sagrado Corazón de Jesús, pero se abandonó el proyecto, por lo que está incompleta.

Los peregrinos entramos al patio de la Iglesia. El sol era radiante. Hacía bastante calor, pero se estaba bien allí. Debajo de un pino frondoso que deja pasar y ver los rayos del sol, el guía dice: En una ocasión en que Jesús pasaba por aquí, por que pasó muchas veces, los discípulos le dijeron: Maestro, ¿por qué no nos enseñas a orar como Juan Bautista enseñó a sus discípulos? Y Jesús les enseñó a orar. Este es un lugar muy adecuado para subrayar la importancia de la oración en la vida cristiana. A través de la oración, descubrimos el secreto de nuestra vida y el proyecto de Dios en nuestro caminar. Descubrimos que Dios es padre y todos los demás debemos ser hermanos. La oración no es palabras, palabras. ¡ Qué bien entendió este mensaje San Francisco de Asís, peregrino en Tierra Santa! Su biógrafo dice que ya no hacía oración. Había convertido su vida en oración.

Pedimos a Dios que nos conceda la gracia de ser personas de oración; que vivamos el sentido de la oración. Rezamos el Padrenuestro y leemos el Evangelio debajo de aquel árbol y en aquel patio en cuyos muros y en el claustro de la Iglesia está escrito en baldosas policromadas el Padrenuestro en 70 idiomas: castellano, catalán, gallego, valenciano, vasco…Como en Ein Karen o en Nazaret me emocionó aquí ver escrito en tantos idiomas el Padrenuestro. Comprobar el interés que tienen las naciones de que en aquel lugar figure, en su idioma, la oración que el mismo Jesús nos enseñó, es algo que invita a reflexionar y a preguntar, ¿ por qué este interés y este empeño? Por encima de tantas miserias de los pueblos, estas cosas también son signos de nobles sentimientos. Señor, en este lugar, donde nos enseñaste a orar, escucha mi oración:

Padre de todos los hombres, todo poderoso y eterno, no permitas que profanemos tu nombre; reina en nuestros corazones; had que nuestra voluntad sea conforme a la tuya; alimenta, cada día, nuestro cuerpo y nuestro espíritu; ten misericordia y perdona nuestras ofensas; danos fuerza para perdonar a los que nos ofenden y para no caer en la tentación y líbranos del mal y de la muerte eterna.

CAMINO HACIA DOMINUS FLEVIT


A la salida del Pater Noster, montamos en el autocar hasta un cercano mirador desde donde se contempla la maravillosa vista panorámica de la ciudad.

A nuestros pies teníamos miles de tumbas judías por toda la ladera del monte. Las tumbas son todas iguales. Una mesa en forma rectangular, a baja altura, con piedras pequeñas encima: símbolo de eternidad y permanencia. Estas piedras serian, de algún modo, lo equivalente a las flores que en occidente ponemos en las tumbas. Mediada la ladera del Monte de los Olivos se encuentran: la Iglesia ortodoxa rusa, con sus cúpulas bulbosas, de Santa María Magdalena; Dominus Flevit, Getsemaní con la Iglesia de Todas la Naciones, Tumba de María - Iglesia de la Asunción-, Iglesia de San Esteban- ortodoxo griega-, tumbas de Absalón y Jehoshaphat, tumba de Zacarias y Bnei Hezir; Torrente Cedrón y Valle de Josafat; cementerio árabe al otro lado del Cedrón, junto a la muralla; la Ciudad de David, con San Pedro “In Gallicantu”, donde cantó el gallo al negar Pedro a Jesús; la calzada romana por la que subió en varias ocasiones Jesús; aquí estuvo la casa de Anás, la Fuente de Guijón y la Piscina de Siloé; el Monte Sión, con la Iglesia de la Dormición; el Cenáculo, donde vivió la Virgen María hasta su asunción al cielo; la tumba de David y el Monasterio de Sión, aquí estuvo la casa de Caifás; las murallas de Jerusalén, con las puertas de los Escombros, puerta Dorada y puerta de San Esteban; el Pináculo del Templo; la explanada del Templo, donde estaba el Monte Moriah, y, ahora, las mezquitas de Al Aqsa y la de Omar o de la Roca; Iglesia de la Flagelación, Basílica del Ecce Homo, Convento de las Hermanas de Sión, Vía Dolorosa, Iglesia del Santo Sepulcro; Muro de las Lamentaciones…Detrás de nosotros está Betania y más atrás el desierto de Judá; a la izquierda el Monte de la Perdición, donde Salomón llegó a renegar de Dios por las 700 mujeres que allí tenía.

Bajamos por una vereda muy empinada, estrecha y resbaladiza. Un coche que circula por allí nos obliga a ceñirnos a los muros. Yo filmaba todo lo que podía. Mi pasión era tener el mayor número posible de recuerdos de aquella tierra santa que tanto me fascinaba por ser la tierra de Jesús.


“DOMINUS FLEVIT”, EL SEÑOR, LLORO POR JERUSALEN


“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos a la manera que la gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no quisiste! Vuestra casa quedará desierta, porque en verdad os digo que no me veréis más hasta que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor” (San Mateo 23,36-39).

“Así que estuvo cerca, al ver la ciudad, lloró sobre ella, diciendo: ¡Si al menos en este día conocieras lo que hace a la paz tuya! Pero ahora está oculto a tus ojos. Porque días vendrán sobre ti, y te rodearan de trincheras tus enemigos, y te cercarán, y te estrecharán por todas partes, y te abatirán al suelo a ti y a los hijos que tienes dentro, y no dejarán en ti piedra sobre piedra por no haber conocido el tiempo de tu visitación”. (San Lucas 19,41-44).

Mediado el Monte de los Olivos, dejamos la vereda. Nos desviamos a la derecha y entramos en un bello paraje. A los pocos metros observamos reliquias funerarias anteriores y posteriores a N.S.J.C.. Un poco más adelante, a la derecha, una fuente mana agua. En seguida, llegamos a una pequeña capilla, en forma de lágrima. Es la capilla del Dominus Flevit, el Señor lloró. Recuerda la escena del Domingo de Ramos, cuando Jesús, viniendo de Betfagé a Jerusalén, contempló la ciudad y lloró amargamente por la suerte de aquel pueblo que tanto había amado y querido, y que , no obstante, le rechazó. La actual capilla pertenece a los franciscanos y fue construida, sobre los restos de otra bizantina, en 1955.

Jesús, amaba a su pueblo, a su tierra. La sentía profundamente. Desde este lugar, contempló a Jerusalén, y vino a su mente la tragedia que iba a vivir la ciudad y sus hijos. Por eso, como hombre, lloró amargamente por ellos, pese a que le habían rechazado.

Otros peregrinos, en otros idiomas, escuchan las explicaciones de sus guías.
Entramos en la capilla donde un grupo de peregrinos extranjeros celebran la Eucaristía. En el altar, en un mosaico, una gallina acoge a los polluelos. Recuerda el lamento de Jesús: ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡ Cuántas veces quise reunir a tus hijos a la manera que la gallina reúne a los pollos bajo las alas, y no quisiste! Detrás del altar, hay un amplio ventanal que permite contemplar una magnifica vista panorámica de la ciudad antigua. Una peregrina lee el evangelio y el guía explica lo más relevante de este lugar.

Cerca de la capilla hay un huerto con olivos. Debajo de un olivo con una piedra retiro las hierbas secas; estamos a primeros de septiembre, casi todo está seco. Con esa misma piedra cavo y saco tierra. Cojo la tierra con la mano y la pongo dentro de una bolsa de plástico. Quiero llevar esa tierra a España como recuerdo. Es la tierra del huerto donde Jesús lloró por Jerusalén y por todos nosotros y, por tanto, un símbolo de valor incalculable para mí.

Jesús lloró por Jerusalén, por sus habitantes; pero también lloró por todos nosotros, por toda la humanidad que le rechaza. No es sólo el pueblo judío el responsable del sufrimiento y muerte de Jesús. Somos todos, pues todos somos pecadores, a todos se dirige, y no sólo a los judíos cuando dice: ¡ ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos a la manera que la gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no quisiste!.

Señor, no quiero seguir siendo la causa de tu llanto. Ayúdame, dame la luz suficiente para que vea claramente el camino y la fuerza de voluntad que necesito para andarlo correctamente.




BASILICA DE LA ASUNCIÓN. TUMBA DE LA VIRGEN

Cerca de Getsemaní está la basílica de la Asunción que contiene la tumba de la Virgen María. Fuimos andando, pues el desplazamiento es corto. Bajamos una escalinata y nos encontramos en una plaza más baja que los lugares del entorno. Al norte, la basílica de la Asunción. El desnivel se debe a la erosión y sedimentación que durante 20 siglos se ha ido acumulando en el valle, subiendo el nivel del suelo hasta siete metros. No entramos en la basílica, ni, por tanto, vimos la tumba de la Virgen. Probablemente, la Virgen murió en Monte Sión, junto al Cenáculo- en la Iglesia de la Dormición- y los apóstoles trasladaron su cadáver junto al huerto de Getsemaní. Asunta la Virgen al cielo, esta basílica se dedicó a este misterio. Pío XII , en 1950, declaró dogma la asunción de María a los cielos..

En la entrada de la basílica, hay varias mujeres fregando las escaleras con cepillos de raíces. Lo hacen con energía, soltura, rapidez, decisión. Diría también con gusto y alegría. Por el olor que se percibe en el ambiente, parece que utilizan petróleo. Luego, con mangueras de agua a presión, quitan el petróleo. Parece que esta acción es simbólica y la realizan constantemente.

IGLESIA DE LAS NACIONES

Delante de la Iglesia de la Agonía o de las Naciones, nos espera el autobús. Cruzamos el torrente Cedrón y el valle de Josafat. A nuestra izquierda quedan las tumbas deterioradas, por tantos años de existencia, de Absalón, Zacarias…Vamos camino del Monte Sión a visitar la tumba del rey David.

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